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….Viste la Infancia del Tejido de los Sueños….



De Cambios, Mudanzas y Otras Pelusas

  La vida es -efectivamente- una caja de sorpresas, o de bombones, ¿Quien sabe?

En tiempos de revolución, sólo suelen llegar a ti las que no esperas, generalmente con fondo de tiniebla.
El matiz en el que habitas es algo a penas perceptible, pero significativo para cada día de tu vida.
En estos últimos tiempos, mi matiz ha sido gris antracita, nada bueno esperaba. Así no cabía ya más desilusión.

Cuanto me equivoco, ....Y cuantas veces....

Olvidé que el sol siempre sale por alguna parte, aunque no siempre por el este de una vida.

Las sorpresas estaban haciendo su aparición estelar.

Hace ya unos cuantos años, cuando barajé en quien poner, o en que manos, mi escueta anatomía, cogí un librito y leí un nombre que era mi sol:
-ya he hablado, más bien mencionado en otro post su esencia-
  Sonsoles, y pensé, Tierra de Soles. Así que fui a verla por si me gustaba o por si no. Y fue un Si rotundo.
Desde entonces hasta hoy ha llovido mucho, más bien han sido marejadas, y la vida de aquella mujer , y la mía unieron sus destinos, definitivamente,  hace algo más de tres. Para el llanto y para la risa. Es así.

Puse mi vida en sus manos, Dios y ella saben porqué, y ella trajo a este enano que habita nuestras vidas y nuestras almas, desde el silencio de mi hasta el murmullo del mundo.

Me quiere, me consta, y yo a ella.

 Hoy, no sólo sé que es uno de los médicos más excelentes que pueblan la tierra, sino que sé que es un mejor aún, ser humano, y que roza lo divino.
Es inteligente, capaz, luchadora y guapa entre las guapas.
Amante, amante, amante, por encima de todo lo demás, Sonsoles ama. A Carlos, su marido, a sus cuatro hijos, y a los que nos sentamos a la mesa de su vida y de su alma.

Se ha ocupado de mi, de mi sangre, y de mi estirpe, y es un destino claro al que viajar.

Todo esto, ya fue extraño, ver un nombre en un papel, y llegar a quienes somos.
Dios nos puso en el camino.

Ella nos trajo, de su mano llegaron, unos arcoiris coloristas de su Teatro Vital. Susana y Antonio o Antoine y Susan. Mis sorpresas, mis bombones, mi....
Que se convirtieron, que se han convertido, en miembros de mi puzzle, de un Hoy y de un Mañana.
Cercanos. Certeros. Consejeros. Amigos. Silentes.

Nunca, nunca nadie había hecho por mi lo que ellos han hecho.

Han acompañado y seguido mis sueños peregrinos y vitales; mi desasosiego; mis escalones; mi debacle.

Han sido la Fe y el camino abierto. La mano tendida y el porqué de algo.
Y han llenado mis horas de risas infinitas, sin juzgar jamás ni un pensamiento.

Antes de que el verano de Madrid nos asfixiara a todos los huidizos habitantes de la mejor ciudad que crece en la tierra, en un hueco de vida, cayendo la noche y las estrellas de Madrid sobre nuestras cabezas, en voces de madrugada, me dijeron:
  -"¿Dónde piensas poner todas estas cosas?"-

Que pregunta. No podía invertir ya más, o comenzaba a arruinar todo lo que había construido, así que contesté:
  -"Pues nada, en casa de mis padres, que son la paciencia misma, con todos los líos en los que, sin decírselo, les meto"-

Y con esas voces de madrugada, y un aire que levantaba hasta los murmullos de noche, me respondieron:
  -"No. Tu ya tienes tu sitio. Está preparado."
Y ha sido cierto.
Reitero. Jamás, jamás nadie. Nunca.

Esa dirección, que aparece en la tienda, donde radica La Siesta de Cristóbal y su destino, es el suelo amigo que me aguardaba preparado a la vuelta de verano, entrando Madrid en el otoño rojo y cálido que nos esperaba.

Yo sé que nunca podré hacer algo a vuestra medida.
Sólo pido estar a la altura de vuestra estampa, y ser el heroico bastión en quien descansen los años que Dios  nos permita, vivamos en presente.

Que existáis ya es, no sólo mi mayor sorpresa, sino una de las cosas más bonitas que quiero vivir.

Y al fin el rosa y sus gamas, han llegado a mi.

Primeras Críticas

Hoy es el santo del Kaiser Nicholas y ha sido un día precioso en toda su extensión, así que cuando menos no sólo merece hacer reseña de él, sino que es un día amable de escribir.

Tratemos....

Antes de que todo esto fuera tan real como lo es hoy, llamé a quien siempre me contesta, aún cuando sé que no puede, a quien me llama para sólo oír mi voz llena de lágrimas, llamé a la mano amiga.

Sabe que no sé dar malas noticias, y cuando guardo silencio y me ausento, en bajas temporadas, me toma la distancia, con mensajes de ánimo, y me espera.
Llamé a mi Australia.

Y lo hice porque ella siempre ha sido una verdad muy cierta, sin adornos, sin almíbar. Tosca, seca y real.
Pero sé que cuento con ella.
Y cómo es quisquillosa y puñetera, admito sus designios.

Y hace algunos días, y no haciéndose esperar, llegaron sus primeras críticas, que no lo fueron tanto enmarcadas en un "me encantaaaaaaaaaaa".
Me manda un email con "todos" mis gazapos y dice entre sus frases, mi frase verdadera.

A Olimpia, que es su nombre, la conozco de tiempos de soberbias, allende que habitamos, hoy ya deshabitadas, cuando sus ojos se pusieron enfrente de los míos.

Y se volvió mi Amiga.

Ha acompañado muchos de mis días amargos, tiene el feo, yo diría que horrible, defecto, de desaparecer en tiempos de vino y rosas....

Olimpia es como la tierra de sus raíces, estoica y profunda.
Cuantas lágrimas he visto brotar de esos ojos verdes como su Galicia y cuanta risa asomada a esa comisura eternamente triste de su boca.
Siempre la rodean mares de tormenta y es una superviviente de mareas, vital, entregada, meiga entre las meigas, Hija y Madre.

Olimpia es el remedio de casi todas las cosas
A Olimpia hay que quererla, porque el mundo, sin ella, sencillamente, no se entendería.

En esta casa cuenta y siempre se le espera -y habita entre nosotros- cómo la primavera.

Tras esos gazapillos, y en su tono de sorna, me dice que ha decidido hacerse "seguidora", según me dice ella "por aquello del anhelado equilibrio espiritual". Cosas de Olimpia.
Conociéndola, hay que tratarlo como merece....

Honor en vos ante la batalla encuentro,
dejadme daros el alma que imploráis
Y sed para siempre la piedra de mi patria