Moda Infantil, diseño y más….

….Viste la Infancia del Tejido de los Sueños….



En Huecos Amarillos


A veces, a uno, se le envuelven los ojos, se le muda la voz.

Quizá.... Bueno, es mucho decir, pero Quizá, nunca le hubiera escrito tantas lineas.
Pero hay días. Hay horas....En las recónditas oscuridades....No lo sé.

En uno de estos días en que la Primavera, otrora adormecida, se hace de rogar.... Cuando Madrid es casi el Edén del sueño imaginado, el camino iniciático de todo peregrino. Cuando a borbotones la luz de la vida, desbroza mis comarcas, desvela los sentidos,...., leyendo viejas historias, de ciudades viejas, de viejas vidas, encontré en un Grupo de Facebook, su imagen.

Lo primero....lo primero fué un orgullo, una emoción en nada contenida, un traje que se descose y se desmorona, por exceso de silencio y de alcanfor.

Corrí.... recorrí los escasos metros, de luz tenue de atardecer en rosa, que separa las estancias de mi casa, para enseñarles a mis padres aquéllo. Aquel hallazgo.

En una amarillenta -y tan cercana- fotografía, la espléndida figura. El gesto tan amado de mi Tío Rafael.

Me uní a ese  grupo, desde dónde su luz lejana.... iluminaba, llenaba los espacios, anclaba su perfil.

Entonces se fraguó la memoria, se fraguó la leyenda.

En otro lugar te nombro, en otro lugar. La primera piel en la piel de mi propia sangre y hasta ella. Desde mi Madre y hasta tí. (Madrid la Amante, Avilés la Amada).

Cuantas, pero cuantas veces he oído.... ¡Ah!, Don Rafael, el Médico.
Pero yo.... yo tengo otra constancia

Mi Madre Alimentó tu mito

Mi bisabuelo Rafael, su Padre, le decía. Hijo.... Tú eres mi honra.
Lo fué....Lo fué

Desde Cuba, desde La Habana, desde Jovellanos, ...., a Villalegre
Desde el frenético Acto de la Vida....Y hasta la Humildad

Ese Amor intenso, inmenso, arrebatado.... ese Amor por ésta, nuestra España. En esta Guerra te quedaste, amada Patria nueva, amado Amor....colgando ya, a lo lejos, en mástil protector, la Bandera cubana....

Arrastró, -como en el Cantar de los cantares-, el Amor de los Amores, el abrazo en familia. Hasta Valladolid, para cumplir el sueño, el sueño de una vida, la vocación llamada, la entrega en lo más puro, el alma encandilada....-Medicina-

Y sólo ese Amor te llevó a ser un Médico, el Médico de un pueblo.
Villalegre

La niñez de mi Madre corrió siempre a tu abrazo.... subida en tu caballo, contigo y aquél maletín.... infinitas visitas, en infinitas tardes, en infinitas horas.... Díme mi MariSol.
A tu sombra, a tu vera, de tu mano.
¿Y sabes una cosa? Yo puedo verlo, verlo más que imaginarlo, entre Solís y los Campos, allende, -como decía mi Abuelo Gonzalo-, "canciones", lugares y veranos que despliegan olores, andares verdes....calma. Requiebro de mirada, tierra Astur.

Esa capacidad de lágrimas, cuando te arrebataron, a girones, un alguien ¿Ya que importa? la vida de Sol, que fiel, -cómo sólo un perro conoce esa palabra, y la hace ley-, te seguía los pasos, en cada amanecer, no han hecho otra cosa que engrandecerte el alma.
Es algo hereditario, difícil de explicar.

Esa era su estatura.

Si entorno los ojos, aún puedo verlo bajar por la arbolada calle de mi casa hasta el portal. Que estampa.
Te encantaba dormir la siesta en casa, en mi cama. Venías a tus cosas, a tu hotel de siempre, pero la siesta.... la siesta en nuestra casa. La sonrisa blanca, abierta y franca del que llega al puerto, dónde siempre lo esperan....

Amó, amó con locura su Sangre y su Pasado....Tu fuiste el Bienamado, no había otro lugar.

Eligió a la mujer perfecta en un mundo imperfecto, de las parejas más lindas que jamás hayan pisado tierra humana.
Que temblara Hollywood si estos dos hubieran sido actores....Que temblara.

Era un halo, entre amado y cómplice, de quien se sabe querido, a quien le corresponden. De quien tiene, sin duda, su lugar en el mundo....
Eran preciosos, preciosos por fuera y preciosísimos por dentro.

Suenan, ya lejanos, danzones de la orquesta, del jardín fragante de tu casa. Vestías etiqueta. Los niños, no estaban invitados, pero yo, entre las faldas de Tata, asomaba los ojos, por comprender que aquellas escenas, que aquella vida mía, mezclada de mi sangre, no habría de volver.

Su sombra, Tu sombra, es alargada

El día que faltaste, se cerró un telón, ya nunca habrá de abrirse.
Demudado y oscuro, silencioso y doliente
 el Escenario